Basada en la novela Carmen de Prosper Mérimée, con libretos de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, y música de Georges Bizet, la ópera Carmen se estrenó el 3 de marzo de 1875 en la Opéra-Comique de París, y fue destrozada sin clemencia por la crítica, por ser una obra excesivamente “realista”, cuya protagonista es una hermosa gitana de Sevilla (España) de fuerte carácter, trabajadora en una fábrica de tabacos y visitante asidua de una taberna, capaz de enfrascarse en una pelea con otra mujer y, lo que es peor, de enamorar a dos hombres al mismo tiempo y enloquecer de celos a uno de ellos hasta el punto de hacerlo cometer un asesinato. Ahora, en Caracas, el circo, la danza y Bizet hacen simbiosis en Carmen. La información es compartida por la Fundación Torres-Picón.
Abrumado por su aparente fracaso, el compositor, Georges Bizet, con apenas treinta y seis años, moriría tres meses después de un ataque al corazón, sin saber la enorme trascendencia que llegaría a tener esta obra en la escena mundial. Miles de versiones se han hecho, miles de teatros la han presentado, y ahora, ciento cuarenta y un años después, la Fundación Circo Nacional de Venezuela, conjuntamente con la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, el Coro de Ópera Teresa Carreño y la agrupación Teresa Danza Contemporánea, ofrecieron en la sala Ríos Reyna del Teresa Carreño, el viernes 11, sábado 12 y domingo 13 de marzo pasados, una nueva visión de esta ópera fundamental, una mirada circense llena de actos de acrobacia, malabares, trapecios y equilibrio, llevados a cabo por artistas surgidos del programa de formación del Circo Nacional de Venezuela, acompañados por los niños del Semillero de Circo, a los que se suman tres cantantes líricos, cuarenta y dos en el coro y sesenta músicos, bajo la batuta de Daniel Gil, director de la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas.
En esta nueva versión, el drama lírico fue representado a través de maromas y a un ritmo inconstante, una adaptación en la que “la música se dirigió a lo meramente circense”, como lo expresó la directora general del espectáculo, Jericó Montilla; se alteró la uniformidad de la obra y se intercalaron fragmentos de El lago de los cisnes de Piotr Tchaikovski y del Pizzicato Polka de los hermanos Strauss, e incluso se escucharon ritmos de los tambores de Barlovento.
“Esta es la primera vez que se lleva un clásico de la ópera en Venezuela al escenario en comunión con el circo y la danza contemporánea, expresiones informales”, dijo Montilla.
Por su parte, Daniel Gil señaló que lo que se buscaba era “romper con el paradigma del clásico vestido y el gran corsé, para presentar algo distinto”. Explicó que no se siguió al pie de la letra la partitura original, sino que se reconstruyó sobre ella; el autor de estos arreglos fue Rodolfo Saglimbeni.
La misma fórmula se aplicó a la danza, en la que Félix Oropeza dio su toque personal; en la danza no hubo una sincronía uniforme; más que una coreografía formal, lo fundamental fue el desparpajo.
La primera vez que se presentó Carmen fue en el 2014, en el Teatro Municipal de Caracas; luego fue llevada a Colombia, al Festival de Teatro de Manizales, donde contó con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Caldas.
Actualmente se está manejando la idea de que, luego de este especial montaje de Carmen, la próxima obra a escenificar sea Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo.
Para Pedro J. Torres, presidente y portavoz de la Fundación (internacional) Torres-Picón, dedicada a exaltar las artes, la cultura y la educación, como herramientas estratégicas para el desarrollo integral de niños y jóvenes, así como a impulsar la prevención en salud, este montaje de Carmen además de original supone un alto contenido innovador, que lo diferencia y destaca junto al quehacer de artistas de muy diferentes disciplinas.
“Un montaje ante el cual no se puede ser indiferente. Que ojalá derive en otras experiencias exitosas similares, apostando a la calidad, espectáculo y sentido de grandeza. Abriendo nuevos espacios a buenos artistas clásicos y a emergentes talentos y tendencias. Vemos positivamente esta iniciativa, también como una forma de acercar lo clásico a lo popular, y especialmente como una manera de aproximarlo al público juvenil, emocionarlo y crear un ambiente divertido” agregó Torres.
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