Claudia Valladares, VP Banca Comunitaria BANESCO
Fuente:
http://espanol.nextbillion.net/blog/2012/03/06/por-qu-culpar-al-capitalismo?
Recientemente en el Foro Económico Mundial en Davos – Suiza , se celebraron por lo menos tres sesiones dedicadas al capitalismo. Desde entonces he estado pensando mucho sobre ello. No es que el capitalismo haya fallado. Hemos sido nosotros, como seres humanos, que hemos fallado en su implementación. Si alguien debe ser culpado somos nosotros mismos. El capitalismo es sólo un sistema económico compuesto por seres humanos que tiene sus raíces fundamentadas en la libertad, los derechos de propiedad y el bienestar a través del crecimiento económico.
El capitalismo está supuesto a proveer oportunidades económicas y un mejor futuro para todos. Sí, es cierto que el capitalismo está basado en la acumulación de capital -y personalmente no creo que haya nada malo en eso siempre y cuando sea un medio y no el fin- pero dentro del capitalismo, el capital humano también puede ser visto como una forma de capital. En esa línea de pensamiento, la inversión en las habilidades de una persona, tal y como se hace a través de la educación, es también una forma de creación de riqueza.
Quizás si vemos al mundo como toda una gran familia, sería útil reflexionar sobre el concepto de riqueza familiar de James Hughes Jr. en su libro «Familia» , donde él señala que a) la riqueza de una familia consiste en el capital humano e intelectual de sus miembros y b) el capital financiero de una familia es una herramienta para apoyar el crecimiento del capital humano e intelectual de la familia».
Existen muchos estudios y artículos escritos (por ejemplo por: Shleifer, Sala-i-Martin) que demuestran que el capitalismo y la globalización han sido efectivos en la reducción de la pobreza. La tasa de pobreza ha decrecido tremendamente en los últimos 30 años. Lo mismo ocurre con el número de pobres y la desigualdad. La esperanza de vida, la mortalidad infantil, la educación, la democracia, el acceso a agua potable y al sistema de alcantarillado, todos los indicadores, sin excepción, han mejorado en los últimos 30 años.
Pero por otro lado, mientras estamos mejorando en todos estos indicadores, no podemos ignorar lo que Paul Polman, CEO de Unilever comentó en Davos: «hoy todavía 1 billón de personas se va a la cama con hambre mientras que 1 billón de personas son obesas». Así que la pregunta que deberíamos hacernos nosotros es ¿cuán eficientes hemos sido en el manejo de recursos?. Obviamente no estamos poniendo en práctica una de las principales virtudes del capitalismo la cual es distribuir recursos adecuadamente e incentivar su uso adecuado.
Desde mi punto de vista, la crisis global financiera, económica y social que estamos viviendo actualmente y todas sus consecuencias no son un problema debido a los fundamentos del capitalismo como sistema sino el resultado del uso -o mal uso en este caso- que estamos haciendo de él. Tal como Mike Mayo dijo «el problema con nuestro sistema económico hoy no es un problema del capitalismo. Es debido a la falta de capitalismo».
Algunos expertos atribuyen la crisis que vivimos a las tantas intervenciones inapropiadas que los gobiernos han aplicado al sistema financiero, contrarias a lo que un sistema libre propone. «El sistema ideal de libre-empresa premia a los emprendedores con el valor total de lo que sus productos contribuyen a la sociedad si ellos son exitosos y los castiga con la totalidad de los recursos que ellos han desperdiciado si fracasan… Si ninguna entidad es no-perecedera, el sistema de libre-empresa funcionará mejor y con más legitimidad democrática» dice Raghuram Rajan en su artículo Too Big to Save? en la Revista Time del 19 de Enero de 2012.
Quizás como plantea B. Taylor en su artículo Economics for the Long Run, «las políticas del gobierno deben adherirse más de cerca a los principios de libertad económica… En su más básico nivel, estos principios establecen que las familias, individuos y emprendedores deben ser libres para decidir qué producir, qué consumir, qué comprar y vender, y cómo ayudar a los demás. Sus decisiones son para ser tomadas dentro de un marco predecible de políticas gubernamentales basadas en el estado de derecho, con incentivos fuertes derivados del sistema de mercado y con un papel del gobierno claramente limitado».
Dentro de este principio de libertad, yo creo que nosotros debemos demostrar que el capitalismo puede operar con una nueva cara. Necesita sonreír con su cara social, mostrando que todos podemos vivir mejor en un mundo más armónico y balanceado. El capitalismo necesita demostrar que mientras se persigue un crecimiento económico es también posible crear valor social y ambiental. Esta es la propuesta del Profesor Michael Porter con la creación de valor compartido. El capitalismo también necesita enseñar que existen personas que están dispuestas a crear negocios sociales, negocios que no reparten dividendos, creados para resolver problemas sociales, que es la propuesta del Profesor Muhammad Yunus (aquí un video relacionado). Entre estos dos modelos propuestos, hay un amplio espectro de posibilidades donde todos, los emprendedores sociales, individuos, corporaciones, universidades, instituciones, ONGs y gobiernos juegan un papel. Trabajando colaborativamente como un verdadero ecosistema, estoy segura que la mayoría de nosotros será capaz de encontrar una vía para contribuir a la sociedad y ayudar a los demás.
Pero a mi manera de ver, esto es sólo posible en un sistema que opere bajo el capitalismo. Cada uno de nosotros encontrará su propia manera de aprender de sus excesos o sus carencias y en el largo plazo, como un sistema, el capitalismo devolverá con creces a la sociedad. Mientras tanto, necesitamos tener confianza y ser optimistas acerca de nuestro futuro, mirar a nuestro alrededor y ser creativos en buscar soluciones innovadoras que tengan impacto en la construcción de un mundo mejor. Estoy segura que hay muchos problemas sin resolver en nuestro entorno. Te invito a que escojas uno y lo resuelvas usando el modelo de innovación social de tu preferencia, y quizás con Luc Besson, recibiendo su premio en Davos, podamos decir «me siento como un grano de arena, pero juntos, todos los granos de arena pueden construir la playa más bella en el mundo».